Tres Minutos

Se inclinó en la cama donde habían permanecido eternidades, se sentó. Tomó su rostro y pensó en todo lo que pudo haber pasado... en todo lo que pasó. El sentimiento mezclado de duda y seguridad se apoderaba lentamente de su mirada, la ventana lo llevaba hacia el sol de tarde que nunca nadie pudo haber sentido. Sus pies establecían el ritmo inconsciente de la canción que le dedicó con una leve aceleración. Sus cabellos daban cuenta de un grado muy bajo de cordura, sus hombros parecían inclinarse hacia adelante como diciéndole algo a los oídos. Separaba sus labios siguiendo un murmullo organizado y sincronizando sus movimientos con el de los pies. Sus manos resbalaron haca la nuca y su rostro se dejó caer... ya habría decidido.
Se levantó, tomó un vaso de agua, tomó el regalo que le había realizado y salió rápido a buscarla.

En el camino piensa si demoró demasiado.

Tres Minutos.
Matías Palavecino. Octubre 2008.